jueves, 12 de julio de 2012

Conciertos

Hace un tiempo ya conté por aquí como entré en el fantástico mundo del Heavy Metal. Y una de las experiencias relacionadas con él y que más han enriquecido mi vida son los conciertos. Algo a priori tan superfluo como la música realmente constituye una gran parte de mi vida. Porque la música tiene todo lo que yo quiero para los momentos en los que me hace falta: te saca una sonrisa,te hace llorar,te hace ver la vida de otro modo...Un sabio dijo "la vida sin música sería un error", y qué razón tiene.
A día de hoy me encuentro a poco más de una semana de ver en concierto a mi banda favorita, y cuando lo pienso mi cuerpo se convierte en un torbellino de emociones: euforia, emoción, nervios, cuidar cada detalle al mínimo para disfrutarlo al 200%...un frenesí.
Porque para mi los conciertos no se limitan a ir a una sala o estadio a dar saltos y gritar como una histérica. Para mi los conciertos son experiencias únicas en las que cada detalle que acontece en ellos contribuye a la historia de mi vida. Empezando por saber que tal grupo viene a tocar en tu ciudad y sentir como si ya les tuvieses delante interpretando esa música que te regala tantas emociones y poder revivirlas con ellos de testigos; pasando por las horas en las que guardas cola para poder situarte en buena posición y en las que puedes conocer a gente increíble y vivir más momentos únicos que construyen el que luego será el recuerdo de una gran noche, hasta que por fin se abren las puertas y el gran momento se aproxima.
Y entonces cuando ya estás dentro, se encienden las luces y salen a escena comienza la descarga de adrenalina. Cientos de personas a tu alrededor observando tocar a uno de sus grupos favoritos, unidos por una misma pasión y un sentimiento, sintiéndonos como una gran familia. Escuchas sus canciones, cantas con ellos, ríes, saltas, gritas, aplaudes, les animas y hasta el más mínimo roce o palabra de ánimo procedente de tus ídolos hace que te tiemblen las piernas.
Y al acabar el concierto en el mejor de los casos la emoción no termina, pues siempre hay grupos que realmente se entregan a sus fans y te regalan más momentos únicos, aunque muchos los vean como simplezas o incluso obligaciones por parte de los artistas. Pero por ejemplo para mi que un artista te dedique unos minutos para hacerse una foto contigo o firmarte un autógrafo realmente no tiene precio.
Y así cuando acaba la noche siempre te queda una especie de sensación de vacío. "¿Y ya está?" suele ser lo primero que se te pasa por la cabeza, pero luego recuerdas y reconstruyes en tu memoria paso a paso cada momento vivido y cada sensación, y se convierte en un recuerdo imborrable.
Porque lo que nos une no se limita a música, es una pasión que no se puede describir sólo con palabras, porque algunos sentimos que se lo debemos todo a ella, porque esa música siempre nos acompaña: en lo bueno,en lo malo...Porque esos momentos se viven y recuerdan mejor cuando los vives junto a las personas importantes en tu vida.
Hasta que mis huesos y mi salud me lo permitan, yo seguiré pagando por ver de cerca a mis artistas favoritos, guardando horas de cola y almacenando recuerdos en forma de entradas, púas, baquetas, fotos y todo aquello que los conciertos me ofrecen.

Saludos

2 comentarios:

  1. Ains querida elena cuanta razon, comparto todo lo que aqui has pueesto.
    De hecho hace relativamente poco que puedo disfrutar asi como tu de todos los conciertos incluso este año al fin un festival, años deseando algo asi y hace dos todo comenzo para mi y soy muy feliz y comprendo totalmente esa sensacion de nerviosismo, o que estas ultra euforica. Recuerdo como si fuera ahora mismo cuando vi a Judas Priest hace unos meses, casi lloro cuando cayo el telon, y no es mi banda favorita pero estaba temblndo ante el espectaculo, al ver que estaba presenciando algo historico.
    Somos iguales en ese aspecto y me alegra mucho querida^^
    Espero que los disfrutes tanto que me llegue un poquito a mi^^
    Un besazo
    Sonia

    ResponderEliminar
  2. Y qué puedo decir que no hayas dicho ya? Si es que has plasmado al 200 % lo que pienso yo que debe ser un concierto, porque yo soy igual con este asunto. La sensación de vacío... siempre queda, sobre todo cuando ves a las bandas que más profundo te llegan en el alma... pero luego reconstruyes cada segundo del concierto y no puedes evitar sonreir e incluso llorar de emoción, llorar como has llorado en ese concierto recordando esos instantes en los que sentías que tocabas el paraíso gracias a la música... Es indescriptible. Genial entrada, enhorabuena cari! :-)

    ResponderEliminar